junio 23, 2009

A

El viejo me dijo que escribía horriblemente. Que el realismo mágico ya era chicle masticado, que mis vulgaridades le recuerdan a Bukowski y que el hipertexto cortazariano era imperfecto en mis textos. Todo esto me recordó a Villoro, quien dijoe en cierta reflexión: La frase debería ser tan rara como la de un chef que dijera: "ese guiso es demasiado gastronómico".

Pinche gordo burgués, pensé. No sé por qué odio a los ricos, o a los que pretenden serlo vistiendo ropas de marca, malditos snobs. Creo que me irrita verlos en fotografías con sus caras de hipócrita preocupación cuando hacen campañas sociales. Se sorprenden tanto de la realidad a ras de suelo, de la pobreza de México, que solo evidencian su inconciencia social. Quieren ser amables, pero nos tratan con pinzas para no tocarnos. Se recubren de polietileno y ponen su sonrisa plástica para la Canon de la sección de sociales.

A mí me no venga a joder con eso de la escritura “correcta”. Me embota lo “correctamente literario”.
So retrógradas.

No hay comentarios: