junio 22, 2009

Pensamientos de un oficinista

Me hace falta la verdad de la poesía, la certeza de lo abstracto, la solidez del surrealismo. Sólo me queda lo ambiguo de la realidad, me invaden el piso bajo mis pies y la silla donde tengo el culo. Me abruma la escritura correcta: impersonal, objetiva, clara y al punto.

¿Por qué no escribir que en el incendio quedaron 47 futuras flores que ya no serán nunca. Que en una entrevista tal candidato mintió al asegurar, hipócrita y cínicamente, que habrá seguridad?

Me hace falta la peripatética del soñador ambulante, no este glotón sedentarismo del oficinista-planta. No me hace falta ver la vida desde el sexto piso.

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